Cerdanyola termina 2018 sin accidentes y reduce sus emisiones un 20%

Cerdanyola del Vallès,

La fábrica de Ercros en Cerdanyola finalizó el ejercicio 2018 sin sufrir ningún accidente laboral. En el pasado ejercicio, su índice de frecuencia general de accidentes –que mide los accidentes con o sin baja entre el personal propio y externo– fue del 0%, cuando en el año anterior había sido del 15,5% y la media de los cinco últimos años, del 11,5%.

Por ello, esta fábrica recibió el premio Seguridad Feique 2018, que otorga la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) a aquellas empresas de más de 50 trabajadores propios que tienen un índice de frecuencia general de accidentes propios de cero.

Por lo que se refiere a la accidentabilidad del conjunto de la empresa, el índice de frecuencia general de accidentes propios se redujo un 34% entre 2017 y 2018.

En materia medioambiental, el centro de Cerdanyola, con una plantilla de casi 100 personas, redujo su índice de emisiones un 20% en 2018 respecto de la media de los últimos cinco años y un 3% respecto del año anterior. Este índice mide las sustancias emitidas al aire y al agua y los residuos generados, y es un fiel reflejo del compromiso de la compañía con el medioambiente y la sostenibilidad.

En el conjunto de Ercros, el índice de emisiones directas de gases de efecto invernadero disminuyó un 11%, en tanto que el índice de emisiones totales se ha reducido en un 15,5% en términos homogéneos respecto de 2017.

El centro de Cerdanyola pertenece a la división de química intermedia de Ercros y produce más de 268 tipos de polvos de moldeo, con aplicaciones muy variadas: desde material eléctrico, como interruptores y enchufes, a tapas y asientos de sanitarios, pasando por tapones para la industria cosmética, botones, bolas de billar o vajillas.

La fábrica de Cerdanyola tiene homologado su sistema de gestión del medioambiente, según la norma ISO 14001; de la calidad, según la norma ISO 9001, y de la prevención, según la norma OHSAS 18001.

Ercros está adherida voluntariamente desde 1994 al programa Responsible Care, que tiene por objeto lograr que las empresas químicas –en el desarrollo de su actividad– alcancen mejoras continuas en relación con la seguridad y la protección de la salud de sus trabajadores, la protección de las personas y las instalaciones, el medioambiente, la tutela del producto, la comunicación y transparencia.